El otoño comienza en Lugo cuando terminan las fiestas del patrón.
El otoño en la ciudad es un tiempo tranquilo, parado.
Las calles y plazas, antes llenas como enjambres, presentan su arquitectura desnuda.
El tiempo pasado de fiesta y bullicio parece que fue un espejismo.
Comienza un pensamiento íntimo. Una foto fija de lo que somos.
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