En los principios de siglo XX mi bisabuelo era propietario de la "Guarnicionería Montaña", con taller y despacho en la planta baja del edificio situado al salir por la Puerta de San Pedro y en su margen derecha.
Se observa el rótulo del negocio en la fotografía coloreada.
Por esta puerta accedían a la ciudad de Lugo los visitantes que provenían de los territorios de montaña de la provincia de Lugo, desde las zonas abruptas de la Fonsagrada, los Ancares, Pedrafita y el Caurel.
El nombre del taller identificaba a sus clientes principales.
La guarnicionería es el arte de trabajar diversos artículos de cuero o guarniciones para caballerías. Se considera guarnición a todos los elementos que se ponen a las caballerías para que tiren de los carruajes, así como a la fabricación o arreglo de sillas de montar de caballería, albardas y aparejos: las monturas para los caballos y las albardas y aparejos para montar asnos y mulos.
La persona que se dedica a la guarnicionería recibe el nombre de guarnicionero o talabartero, y su oficio era muy solicitado hasta la aparición del automóvil.
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